Wednesday, December 19, 2012

2012


El 2012

Sabíamos que sería el fin de las eras pero igual lo vivimos día a día sin mucha diferencia (para todos los que creen en el fin del mundo, que manera tan rara de vivir sus últimos días), que traería grandes cambios pero la verdad no pensé nunca que me dejaría tan satisfechamente agotada.

Si miro hacia atrás veo casi todos los días soleados, lo que es muy bueno. Puedo hoy mirar por la ventana y está soleado también, al parecer estamos aún aquí y varios hemos hecho las cosas bien.

Ha sido un año que se llevó a varios seres muy queridos, accidentes, enfermedad del mal, decisiones inexplicables. Vacíos que no se llenan por nada pero que igual cuando los recuerdo hoy, los pienso sonriendo. Soleados ellos también. Otros ya no tan soleados en mi memoria se fueron aun estando aquí...sin importar, pensar, respetar y a propia decisión. Pero también han llegado nuevos ojitos mágicos como para que esa ausencia que más me cuestiono no sea el final.

El mar este año se me hace un hilo conductor de mucho, de risas, de ceviches en la herradura después de mucho tiempo, del mejor cumpleaños en años, de ver ballenas en dos océanos distintos y a millas de distancia. De poder por primera vez meterme en el atlántico.

Viajé, conocí sitios que pensé no vería en vivo. Pude ver el Empire State desde abajo, caminar por Central Park, comer pizza en brooklyn, encontrarme con el trabajo de JR en la calle (alucinada), Warhol en un museo, Pollock en todos, un Mondrian que me puso la piel de gallina, conocer el trabajo de Doris Salcedo y hoy robarme una frase suya para mi propio trabajo. Sorprenderme con lo en pañales que estamos por aquí y lo mucho que hay que hacer, y lo egoístas que somos para con todas las herramientas preferir truncar el avance de todos con tal de joder a uno. Pude estar en la cuna de la mejor música en años y divertirme con una de mis personas favoritas. Pude perder el miedo a ir en avión, aunque la ansiedad previa y la ineficacia para empacar creo que son parte ya de mi trademark.

Me expuse tal vez mucho. Quise arriesgar con la esperanza de ganar. Este año me ha atropellado emocionalmente, cuestionándome si las cosas que hice o dije en el pasado me tendrían como estoy en ese aspecto hoy, si de verdad estaría tan fucked up o es que me he rodeado de gente que no era la mejor combinación con mis emociones. De todo se aprende supongo. A sabiendas que soy quien soy y que valgo lo que valgo. Me di de cabeza contra el piso. Como premeditorio el “no eras tú, soy yo” de la bienal de marzo, debí saber que salía de algún sitio y que era algo muy bueno. No me arrepiento a pesar de las muchas lágrimas derramadas, porque creo que el ser una persona intensa me da la posibilidad de sentir, emocionarme, ilusionarme, sorprenderme y divertirme sorprendiendo, amar y no tener miedo de hacerlo ni expresarlo. Reír a carcajadas, llorar sin esconderlo (tanto). Me tiene un paso adelante de los que se pasan la vida frenándose.

Este año laboralmente ha sido un reto casi cada mes, exposiciones grandes chicas, medianas, cambio de trabajo, de vuelta al ser independiente con todo el susto que conlleva y so far, todo va bien y lo disfruto. Un poco de más interacción con otros no estaría mal no más. Publicaron un mini cuento mío y unas cuantas fotos en libros…hice un primer libro de postales con mis fotos. Me pregunto si eso sumado sirve para el “plantar un árbol, escribir un libro, tener un hijo” entonces ya iría dos…y SI sin miedo digo que espero poder cumplir con el tercero y un par de veces (contra todos los pronósticos de muchos).

He hecho amigos nuevos y que creo serán de por vida (espero carajo, de mí no se libran tan fácilmente). Ha nacido un pedacito de amor llamado Martina que no hace más que emocionarme cada vez (de las pocas) que he logrado coordinarme a mí misma para verla. He tratado de reconciliar. Y ahí vamos.

Tengo mucho que agradecer, aunque  me siento realmente agotada. Siento que en la boca del estómago hay un grito guardado que tendré que botar la próxima vez que me meta al mar. Con eso se cierra el 2012, tengo una resolución para el 2013 y bien clara: el cetro y corona de miss cojuda 2012 se lo entrego a alguien más, a mí ya ni me queda ni combina con mis zapatos.

Venga 2013 que te respiraré profundo también.