A mí me bautizaron a los 8 años, me acuerdo de ese día y fue
una semana antes de la primera comunión. Me acuerdo también que fue mi decisión
que me bautizaran católica. ¿Cómo? Bueno la familia de mi madre es protestante,
la de mi padre bien católica y el bien ateo. Estudié en un colegio laico y
cuando todas iban a hacer la primera comunión yo me sentía más bicho raro aun
de lo que ya me sentía siendo hija de casi hippies, divorciados, no yendo a
Miami sino a Chaclacayo y no teniendo empleada.
Entonces, me bautizaron, hice la primera comunión con estampitas,
chocolate caliente, vestido blanco hecho por mi abuela la católica y bucles… sí
bucles casi angelicales hechos con unos endemoniados ganchos que casi no me
dejaron dormir toda la noche. Todo para que una linda niña de este laico
colegio a sus 8 años volteara y me dijera en pleno momento de “la paz”: ZOE QUE
TE HAS HECHO???? Y así empieza mi vida católica confundida.
Mi madre jamás iba a misa, ni protestante ni mucho menos
católica, pero hizo su buena acción del año con la nueva y única niña católica
en la familia y me llevo algunos domingos a la iglesia Carmelitas. Ahí ella no
podía ni rezar porque no se sabía nada en castellano y por ende tampoco
explicarme mucho de lo que hacíamos ahí. Luego un día me dejo claro que: ni
más, estaba sola en esto.
Mi abuela iba todos los domingos al Good Shepherd , entonces
empecé a ir con ella y lo hallé mucho más divertido, los niños íbamos a Sunday
School, nos explicaban de las historias en la Biblia y nos invitaban helado o
galletas y jugábamos. Luego nos juntábamos con los grandes post misa quienes
tomaban café conversaban, se conocían. No apestaba a perfume como el Carmelitas
ni la gente se iba corriendo ni bien terminaba la misa. Luego una profesora del
colegio preguntó a qué iglesia íbamos, le conté y me dijo “!ten mucho cuidado,
esa no es una iglesia católica!” yo llegué llorando a casa aterrada de poder
estar ya a esta corta edad lidiando con el diablo.
Dejé de participar en todo esto, hasta la adolescencia en la
que descubrí nuevamente en la iglesia Carmelitas un excelente lugar para
conocer chicos, iba con mi mejor amiga, nos reíamos tanto que creo que una vez
nos dijeron que si íbamos solo a eso mejor no fuéramos. Entonces optamos por
hacer lo que la mayoría de adolescentes, los domingos por la tarde teníamos la
excusa de ir a misa para cruzar la avenida de por la casa y llegar a sentarnos
afuera de la iglesia para disforzar nuestros 14 o 15 años con libertad y bendición.
En cuarto de media yo estaba segura que no me quería
confirmar y una profesora que sentía que Dios estaba más con los Krishnas que con
el padre de la iglesia a la que iba con su familia, me convenció de hacerlo.
“Quien será tu madrina?” preguntó, ”Rafael Elías, respondí”, ”NO PUEDES TENER
PADRINO!” sentenció. “Entonces no me confirmo”. El “loco” Elías fue mi madrino
y aun hoy no entiendo de qué se trata todo esto. En quinto de media la
profesora de religión algo obsesa no nos dejó entrar a tres amigas a la clase
por preguntar mucho, mi madre optó por retirarme de la clase de religión y
desde entonces hasta hoy varias cosas no me han quedado claro sobre algunos
temas.
Años después viviendo en Máncora conocí la procesión del
Cautivo de Ayabaca y como venía gente caminando desde Tumbes o más lejos,
tocando música, gastando pares de zapatos hasta llegar a pagar sus promesas
donde él. Me quedé impresionada por la fe de otros, en especial por la de un
amigo quien un día tomando hasta el agua de florero me contaba que en dos días
se iba en procesión, caminando kilómetros hacia su promesa de todos los años.
Me di cuenta ahí que admiro la fe de otros, fe que no sé cómo se consigue ni
creo tener tan fuerte.
El año pasado fui por primera vez a la procesión del señor
de los milagros al centro de Lima y aunque no creo que sea parte de mi cultura,
me movió todo, se me salieron las lágrimas, me emocioné recé, pedí, agradecí
mucho. ¿Por qué? De nuevo: ni yo lo sé.
Hace unos días, en Barranco donde tengo la suerte de vivir
(aunque varios creen que me quejo mucho y debería mudarme) se hizo una vez más
la procesión. Porque en noviembre, ni idea, no soy parte de la iglesia pero
hasta ahí, no hay problema. A pesar que cierran calles sin avisar, a pesar que
recibes agresiones verbales cuando pides por favor algo de organización vial al
respecto. La respeto, la procesión es una tradición. Pero acá entran cosas que
no entiendo. ¿Por qué carajos tienen que reventar cohetones desde las 7am un
domingo? Porque no respetan ellos a los demás como exigen se les respete a
ellos. Muchas personas solo tienen el domingo para descansar. Y bueno ahí no
para, esto se dio durante todo el día, cada vez que creías que ya había parado,
otra detonada en alguna parte de Barranco. Entiéndase que es el distrito más
pequeño de lima, entonces todo se siente como dentro de casa. Las calles
cerradas, estrados en la plaza, insisto, hasta ahí, aunque incomode, acepto y
respeto. Eran las 12 de la noche y las bombardas al mejor estilo rata blanca no
paraban de sonar, me asomé por la ventana y podía ver como a peligrosa muy poca
altura reventaban sobre los arboles lindas luces (me encantan lo juro, pero
domingo 12 de la noche…no te pases). Dieron las 2:30am y cuando pensábamos que
ya dormiríamos se desató la tercera guerra mundial, el año nuevo chino,
peruano, el fin del mundo de las rusas, y todo a la vez. Yo estaba dentro de mi
cuarto que queda al fondo de la casa, luces apagadas, cortinas cerradas y se
iluminaba todo con cada detonada, llegó un momento que de verdad hasta miedo
daba. No había quien los detenga, serenazgo respondía que “los católicos son
mayoría en el distrito” así que no nos quedaba más que aguantar. Fiscalización
nunca respondió, las sirenas de bomberos se prendieron un par de veces y ahora
me temo, y espero equivocarme, también ellos fueron parte de esto según he
leído por ahí. Yo dormí 3 horas y media antes de ir a trabajar, se de amigos
que sus hijos no durmieron nada por el susto, no me imagino como habrán estado
los ancianos del asilo que está a menos de dos cuadras de la plaza. Eso sin
entrar en el tema de las mascotas aterradas en casa, de las aves que salen
huyendo de la zona y ya no regresan. Del efecto extremadamente nocivo y en algunos
casos irreversible que tiene la contaminación sonora en las personas y medio
ambiente. No entiendo entonces, ¿cómo es que una religión predica el respeto,
el amor a los otros y trata así al resto que no se le une? Los que nos hemos
quejado hemos recibido insultos, incluso hay una persona que ha salido herida
por una piedra en la cara de parte de uno de estos energúmenos que defiende lo
indefendible. Todo por ir a pedir a las 2am que por favor paren de hacer tanta
bulla.
Yo sigo aquí entonces sin entender nada desde mi primera
comunión hasta hoy sobre porque con tanta facilidad predican lo que no
practican. Ojo, no estoy generalizando sé qué hay de todo en todos lados, pero
carajo, hay leyes que no se están cumpliendo y faltas de respeto que dudo mucho
el dios más grande de las “mayorías” barranquinas estaría contento de ver. No
entiendo porque se les otorga el derecho y la venia de pasar sobre uno, porqué
el municipio es parte de esto y se lava las manos mientras levanta los
hombritos con cara de “ay es solo una vez al año que le vamos a hacer”. Yo creo
que hasta el mismo Señor de los Milagros estaba tapándose los oídos rogando
porque se acabe y dejen de usarlo de excusa. Amén…dicho sea de paso, ¿no vendrá
de amarse? Amen suena más bonito aunque ahorita sienta todo lo contrario por
varios.