De chica mi mamá era en Diciembre Mary Christmas y en
Octubre un loco suelto en plaza. Una época hacia fiestas en casa, con todos sus
amigos más locos que ella. Recuerdo disfraces como el de un amigo doctor que
vino en bus desde la Merced con alas de ángel de plumas reales…lindas pero
supongo medio apestosas y contaba cómo la gente en el bus lo alucinaba en el
trayecto en especial porque no sabía dónde era Chaclacayo (ahí era la fiesta) y
creo que ni donde quedaba la casa, pero por estar iluminado ese día: llegó.
Claro su disfraz era un buzo deportivo blanco y alas. Una especie de premonitorio
arcángel del futbol que aún no caía en desgracia. Otro, un sueco altote súper
buena onda se pintó la cara de rojo y estaba disfrazado de insolado. Mi tía…mejor
no entro en mucho detalle sobre la combinación entre su capa de vampiro y la
influencia de vivir en Italia y andar en topless en la playa. Sí, mi familia
era así: divertida y nadie se llenaba de contradicciones sobre si era el día de
la canción criolla y que alienados todos los que se disfrazan o en que qué cholos
todos los que cantan valses. Yo cómodamente encajaba ahí y me disfrazaba de
punk, de bruja, de bruja de nuevo, de bufón de la corte (disfraz que uso mi
mamá también otro año, lo que me hace pensar que yo fui alta desde los 10 años
o mi mamá más chata de lo que yo recuerdo) y de bruja otra vez. Ya cuando dejó
de hacer fiestas con bizarros personajes, ella se disfrazaba igual para
repartir los dulces a los niños. Hasta que esos niños ya más parecían pirañitas
y empezó a no solo no disfrazarse sino que cerraba la reja con llave así nadie
podía tocar el timbre.
Mi familia materna, con la que crecí, no es peruana sino
inglesa, entonces no crecí escuchando valses, ni huaynos, ni siquiera salsa. No
me pueden culpar por ser más del disfraz que del cajón. La familia paterna si
es del Callao y la salsa, el vals, el cajón, la papa a la huancaína y el pisco sour
eran de casa. Aunque aun así una época era mejor negocio que saliera yo a pedir
caramelos en donde ellos vivían (Chacarilla) que en mi barrio de gente no tan
“dadivosa”. ¿Y de qué me disfrazaba? Pues de bruja otra vez. Una vez, me
disfracé de Barón Ashler de Mazinger Z, un extraño personaje mitad hombre mitad
mujer…sí, me disfracé de eso, fue mi idea, no tenía más de 10 años y al parecer
era una niña de avanzada o tal vez solo una mini freak.
La cosa es que esta fecha mientras más tiempo pasa me trae más
preguntas. La principal es ¿Qué te importa a ti si tu vecino, amigo, cuñado
baila bien apretado una Estrellita del Sur mientras toma pisco y come
anticuchos o si se disfraza de zombie de película con polo de un equipo de
futbol y se va a una fiesta con luces, hora loca y sanguchón de la tía veneno
de amanecida?
¿De dónde y cuando salió para muchos ese tan grande orgullo
criollo de una sola noche como para molestarse con el que pide jalowei en la
calle? O sea, me vas a decir que tú en tu patriotismo le quitas a tu hijito el
gusto de salir con sus amigos disfrazado de ironman, winnie the pooh, el chavo,
un pitufo o de blanca nieves y lo obligas a oír a Felipe Pinglo mientras todo
el barrio toca el timbre y grita afuera de tu casa. Seguro también me vas a
decir que el resto del año en tu carro solo oyes a Chabuca y nunca vas a un
concierto de una banda extranjera. Lindo ese pechito orgulloso de nuestra
música y que con toda la facilidad juzga
al que no la tararea hoy alrededor de un jonca de chela.
Otra duda grande, porque esta fecha le da licencia a todas
las mujeres a vestirse de sexy enfermeras o sexy profesoras o sexy alumna o sexy
bombera o sexy diablas o sexy angelitos (el sexy no te salva de verte como puta
ojo, solo estoy tratando de ser amable). Pero a los hombres la comodidad de
ponerse un chaleco y disfrazarse de cambista… un pañuelo en la cabeza y son
gitanos… el polo que se ponen cada clásico y son futbolistas…o peor aún la ropa
de su vieja y son mujeres tetonas. Este…no es justo varón, si ella se va a
vestir de hentay criollo lo mínimo
que puedes hacer chochera es bañarte y poner de tu parte.
Y los niños, no se salvan los niños. Antes salías a la
calle, tocabas timbre, gritabas jaaaalowwwwwwwinssssssssss!!!! Y te daban
caramelitos, galletas, algún miserable canchita fría, hasta una vez me dieron
un plátano. Hoy, se juntan en grupos de muchas edades y al mejor estilo CGTP
gritan ¡JA-LO-WIN-JA-LO-WIN-JA-LO-WIN! Como protesta afuera del congreso. Si no
me das caramelo te pinto tu casa y la huelga continúa.
Entonces Halloween / Día de la Canción criolla, si somos un
país en el que no tiene de inga tiene de mandinga, en el que somos
multiculturales, que la inclusión está de moda, y que para todos hay.
Diviértete, ponte tu máscara de scream
por décimo octavo año consecutivo anda a la peña y no hinches con lo que hace
el otro. No puede ser que hasta para divertirnos seamos quejones. Yo hoy creo
que me disfrazo de bruja (como todos los días) y espero que alguien me dé un
caramelito. (¡!) Eso sí: cuidado con salir tarareando una canción de la peña no
vaya a ser que aparezca alguien la máscara del tipo de apdayc y te cobre.
¡¡¡¡JALOWWWEEEEIIIIIII!!!!
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